viernes, 20 de diciembre de 2013

Hola a todos, teniendo en cuenta que estamos en Navidad he decidido escribir un microrrelato sobre la Navidad y, de paso, quiero desear Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo a los lectores de este blog. Esperemos que el 2014 consiga que todos nuestros sueños se hagan realidad.
            
ILUSIÓN
La tarde era oscura, el cielo estaba cubierto de copos de nieve que caían suavemente sobre la tierra. En la penumbra apenas se veía nada, la respiración del caminante era segura y tranquila.  Los copos resbalaban de su rostro juvenil, el viento susurraba una hermosa canción y el muchacho reía. Su rostro era de color dorado,  sus ojos eran ámbar y plata, sobre sus hombros caía una túnica plateada, el travieso viento le arrancó la capucha que cubría su cabeza, dejando al descubierto su cabello negro como la noche. Él observaba a la gente paseando, las risas de los niños se arremolinaban a su alrededor, lo envolvían y el joven se hacía más bello con cada risa.
            Una niña pequeña se le quedó mirando con los enormes ojos negros abiertos de par en par.
            - Te veo. – Le dijo y él sonrío.
            - Y yo te veo a ti, Diana.
            - Yo no te he dicho mi nombre. – Dijo y miró hacia a su madre que estaba durmiendo a su hermano pequeño.            - No debería hablar con extraños. – Diana se dio la vuelta, corrió hacia su madre y se acurrucó a su lado. 
Desde la distancia, sintiéndose segura al lado de su madre, siguió el recorrido del muchacho.  Él llegó hasta el gran abeto del parque decorado con guirnaldas plateadas y luces de colores, susurró unas palabras y se desvaneció.
            Diana corrió hacia el abeto, miró por todas partes, pero el chico había desaparecido. En el suelo quedaba un pequeño paquete rojo con un lazo de color plateado, lo recogió y se lo llevó a su madre.
            - Mamá al chico de antes se le cayó este paquete.
            - ¿A quién se le cayó?
            - Al chico de la capucha gris, yo lo vi, pero nadie más lo veía… era un poco raro.
            - Es para ti. – Le susurró tras leer la nota del regalo.  Diana miró a su madre con sus enormes ojos oscuros y lo desenvolvió. Era un extraño polvo plateado  y al tacto estaba caliente.
            - ¿Qué es? – Preguntó.
            - Es polvo de estrella.
            - ¿Y tú cómo lo sabes?
           
- Una vez hace mucho tiempo una estrella bajó del cielo. – Siguió la madre. – Era la estrella más importante de todas las estrellas porque era la estrella de los Reyes Magos; yo lo vi porque estaba mirando con los ojos de mi imaginación y sólo se muestra a niños pequeños. – Margarita observó el cielo, sobre la cúpula una estrella plateada destellaba con gran fulgor.- Se llama Ilusión, cada Navidad baja a la Tierra y pasea por las ciudades dando alegría a los corazones de los demás. A veces, su fulgor se apaga porque en la vida pueden ocurrir cosas buenas y cosas más malas, pero él siempre regresa para recordarnos en estas fechas tan especiales las pequeñas cosas de la vida, las alegrías de cada día, las esperanzas y sueños.
Ilusión te ha regalado un poquito de su magia para que nunca olvides compartir tu alegría en la Navidad.
FIN


Y como he dicho anteriormente, San Judas me echó una mano con una cosa que le pedí hace algún tiempo, así que publico otra vez su Novena. 


 San Judas Tadeo, apóstol y mártir, fiel intercesor de todos los que invocamos tu patronato especial. En tiempo de necesidad a ti recurro, desde el fondo de mi corazón, y humildemente te invoco, a ti San Judas, que cumples milagros y ayudas a quienes ya no tienen esperanza. A ti, a quien Dios concedió ese gran poder para venir en mi auxilio. Ayúdame en esta petición actual y urgente, a cambio yo prometo dar a conocer tu nombre y hacer que otros te invoquen. 










           




jueves, 5 de diciembre de 2013

Esta semana he decidido publicar una historia en la que he empezado a trabajar recientemente. Es el principio de algo, pero aún no he logrado discernir de qué. Lo publico para ver si después de compartirlo desde aquí se me ocurre que es, una reflexión, una historia corta o una historia que puede llegar a ser una novela. Ni siquiera tiene nombre o título, así que lo publico sin más.

El sol la deslumbró por un momento, con un ligero suspiro se sentó en el banco que siempre había considerado suyo. Sabía que otras personas se sentaban en él, pero no variaba el hecho de que ella siempre lo elegía para sí misma. Escuchó las risas de los niños, las regañinas de los padres, todo seguía como recordaba. Habían pasado tres años, toda una vida para ella, pero por un instante todo fue perfecto. Quiso capturar ese instante con su cámara, pero la había dejado en el hotel con sus pertenencias. El sentimiento del pasado la embargó, la fuerza con la que siempre había creído en sus sueños, la certeza de que lo conseguiría…
La realidad la golpeó de pronto, la sensación de que había pasado toda su vida persiguiendo una utopía, seguía en el mismo sitio, pero sin ganas. Su mente voló hacia él sin que pudiera remediarlo, una cosa más que se le había escapado, un sueño más que se le había quedado en el tintero. El presente le resultaba descorazonador, pero sabía que en algún lugar estaba su fe y el espíritu de lucha que, por el momento, se había quedado atrás. Había regresado una vez más, quizás en esta ocasión el destino le tenía reservada una sorpresa. Bajó la mirada al suelo por un segundo, lo sintió cerca, incluso antes de que llegara hasta ella. Su corazón se detuvo, su alma se le escapó y el amor regresó a ella desde las profundidades de un pasado remoto o quizás había ocurrido tan solo un segundo atrás. Cuando su mirada castaña se cruzó con la miel de él, el mundo se tornó un lugar mucho mejor.
Lo amaba, siempre lo había amado y ahora ya no sentía miedo. Su sonrisa seguía como la recordaba, pero su mirada desconcertada decía más que sus palabras: sorpresa, miedo, alegría, amor y dolor atravesaron su hermoso rostro. El corazón de ella se detuvo y su mundo, tras cinco años detenido, volvió a girar. Ya no tenía veinticinco años y estaba dispuesta a jugársela por él. Él se sentó a su lado sin mediar palabra, ella se acomodó en el banco y suspiró de nuevo. Era un nuevo principio y, por fin, ella se sentía lo bastante valiente para agarrar esa oportunidad y no dejarla escapar. Las preocupaciones, la angustia pasaron a un segundo plano. Todas las cicatrices de su alma se curaron por ensalmo y, lo supo, tenía miedo, pero por primera vez en su vida se atrevió a soñar de nuevo. Su caballero de armadura resplandeciente estaba de nuevo a su lado y ella estaba dispuesta a rescatarlo.
Durante un rato los dos estuvieron en silencio, después él se levantó y se marchó sin decir palabra. Ella se quedó en el mismo lugar, pensó en cuánto había echado de menos la gran ciudad, el murmullo del tráfico desde primera hora de la mañana. Los largos paseos desde la Moncloa a Opera, las horas en el Templo Debod con toda la energía que emanaba el lugar, las tartas de su sitio preferido de Madrid “El Jardín Secreto” y, sobre todo, la sensación de libertad. Los restaurantes y las pintorescas cafeterías que había explorado hasta la saciedad cuando vivía allí. Galicia estaba en su corazón, grabado a fuego, pero ella ya no pertenecía a la Tierra Meiga, la tierra Mágica, su sitio se encontraba en Madrid.


Para terminar, esta parte tiene que ver con una promesa que he hecho a San Judas Tadeo, le prometí que si una cosa me salía bien publicaría en el blog su Novena. Así que aquí va:
San Judas Tadeo, apóstol y mártir, fiel intercesor de todos los que invocamos tu patronato especial. En tiempo de necesidad a ti recurro, desde el fondo de mi corazón, y humildemente te invoco, a ti San Judas, que cumples milagros y ayudas a quienes ya no tienen esperanza. A ti, a quien Dios concedió ese gran poder para venir en mi auxilio. Ayúdame en esta petición actual y urgente, a cambio yo prometo dar a conocer tu nombre y hacer que otros te invoquen. 

La Noche

El cielo se oscureció, el alma que vagaba por la casa permaneció en silencio viendo como el sol se apagaba. Mucho tiempo atrás los habitant...