Capítulo 10
Atendí al protegido que me había llamado, pero en el
proceso no dejé de pensar en Dani y en cómo las cosas habían cambiado entre
nosotros de forma definitiva. Yo había
escogido confesar todo mi amor desde mi nueva realidad porque necesitaba que
lo supiera, deseaba poder estar con ella y darle todo el amor que se merece. Sé
que no es lo más apropiado y, seguramente, con el tiempo acabaré perdiendo mis
alas por elegirla. Pero está dentro de mí, cada segundo de mi nueva existencia.
De nuevo en mi cielo la observé. Ella estaba feliz
y, sin falsa modestia diré que es por mí. Los dos hemos recorrido nuestro
camino, los dos hemos seguido los pasos que nos ha marcado el destino y, posiblemente
por eso, estamos aquí trece años después.
Pensar en Dani es volver a vivir, volver a sentir,
hay miles de millones de humanos en el mundo, yo mismo tengo más de un millón
de protegidos desde esta existencia y, sin embargo, ningún alma brilla como la
suya. Cada vez que la contemplo es hermosa, incandescente, brillante, a veces
se oscurece en los rincones, lo mismo que Daniela, pero después vuelve a
resplandecer y alumbrar a quienes están a su alrededor.
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