martes, 13 de febrero de 2018

Una cuestión sobre igualdad de género

La verdad es que hace siglos que no escribo nada en el blog, lo cierto es que he estado trabajando en un proyecto y apenas he tenido tiempo para escribir o dar mi opinión sobre algunas cosas. Hoy quiero hablar sobre un tema que me preocupa bastante. Empezaré diciendo que últimamente estoy buscando información sobre las escritoras españolas que ha habido, debido a que recientemente he descubierto que muchas de ellas han sido ignoradas en mis múltiples clases de literatura en el colegio y la Universidad. Un hecho que, hasta ahora, ni siquiera había notado y no lo había notado porque nadie habla de ellas, han sido olvidadas y muchas han sido verdaderos hitos en la historia de la literatura, mujeres que han sido ignoradas. Mi reivindicación tiene que ver también con la última gala de los Goya en la que el mensaje era #mujeres, pidiendo una equiparación de oportunidades entre hombres y mujeres. Lo curioso es que navegando buscando información sobre por ejemplo, Sofía Casanova, descubrí que además de ser la primera corresponsal de guerra había sido nominada al Nobel en los años veinte. Un hito que, seamos honestos, alguien debería haber remarcado. Una mujer, nominada al Nobel de literatura en esos años es un fenómeno que no debería pasar desapercibido, pero pasa. Hablo de Sofía Casanova porque en Ferrol tenemos un instituto llamado Sofía Casanova, pero yo no supe quién era hasta que empecé mi carrera de Periodismo. Lo doloso del tema es que, encima, ella tenía familia ferrolana y en Ferrol no nos hablan de ella. Conozco a Concepción Arenal porque hasta hace unos años el Ateneo se llamaba Concepción Arenal y en el colegio nos hicieron hacer un trabajo sobre ella, pero nada más. Mi profesora de literatura del colegio me habló de Rosalía de Castro y de la Condesa Pardo Bazán, la primera porque es el mayor representante del Romanticismo en España junto Bécquer y la segunda por motivos que, honestamente, desconozco. Me habló de ellas, pero se olvidó mencionar a las mujeres de la Generación del 98 como Carolina Casado, tía de Gómez de la Serna, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Regina de Lamo Jiménez, Carmen de Burgos y se olvidó también de Concha Espina nominada al Nobel entre los años 20 y 30 en más de una ocasión. Me habló de la Generación del 27, pero jamás mencionó a las Simsombrero con figuras como Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, María Zambrano y otras que no menciono en ambas generaciones. Me resulta inusitado que casi un siglo después de los años 20 del S.XX, la mujer siga teniendo que luchar por conseguir un nombre, por ser escuchada. Casi en los años 20 del S.XXI y la mujer todavía no se ha equiparado al hombre. Me resulta asombroso que podamos hablar de la igualdad de género cuando, es obvio, que en la literatura se han olvidado la mitad de los escritores de las épocas que estudiamos sólo porque eran mujeres. Nunca me he sentido demasiado cercana a los ingleses, pero debo admitir que al menos ellos reconocen a sus autoras y las laudean. Figuras como Jane Austen, Charlote Brönte o Mary Shelley son celebradas como lo que son, grandes autoras, en Inglaterra y, sin embargo, en España con dos mujeres nominadas al Nobel en los años 20, ni siquiera las mencionamos. Si queremos hablar de igualdad de género, tal vez, deberíamos empezar por el colegio. Con profesores de literatura hablando de todas las autoras que ha habido en este país, y no sólo de unas pocas. Todos debemos colaborar para que la igualdad de género y, la mejor manera de hacerlo, es no olvidando que también ha habido mujeres escritoras más allá de las más conocidas y quien habla de mujeres, también habla de pintoras, artistas, matemáticas, científicas... Es hora de cambiar las cosas o, sino, tal vez en los años 20 del S.XXII estaremos todavía reivindicando la igualdad de género.

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