jueves, 5 de diciembre de 2013

Esta semana he decidido publicar una historia en la que he empezado a trabajar recientemente. Es el principio de algo, pero aún no he logrado discernir de qué. Lo publico para ver si después de compartirlo desde aquí se me ocurre que es, una reflexión, una historia corta o una historia que puede llegar a ser una novela. Ni siquiera tiene nombre o título, así que lo publico sin más.

El sol la deslumbró por un momento, con un ligero suspiro se sentó en el banco que siempre había considerado suyo. Sabía que otras personas se sentaban en él, pero no variaba el hecho de que ella siempre lo elegía para sí misma. Escuchó las risas de los niños, las regañinas de los padres, todo seguía como recordaba. Habían pasado tres años, toda una vida para ella, pero por un instante todo fue perfecto. Quiso capturar ese instante con su cámara, pero la había dejado en el hotel con sus pertenencias. El sentimiento del pasado la embargó, la fuerza con la que siempre había creído en sus sueños, la certeza de que lo conseguiría…
La realidad la golpeó de pronto, la sensación de que había pasado toda su vida persiguiendo una utopía, seguía en el mismo sitio, pero sin ganas. Su mente voló hacia él sin que pudiera remediarlo, una cosa más que se le había escapado, un sueño más que se le había quedado en el tintero. El presente le resultaba descorazonador, pero sabía que en algún lugar estaba su fe y el espíritu de lucha que, por el momento, se había quedado atrás. Había regresado una vez más, quizás en esta ocasión el destino le tenía reservada una sorpresa. Bajó la mirada al suelo por un segundo, lo sintió cerca, incluso antes de que llegara hasta ella. Su corazón se detuvo, su alma se le escapó y el amor regresó a ella desde las profundidades de un pasado remoto o quizás había ocurrido tan solo un segundo atrás. Cuando su mirada castaña se cruzó con la miel de él, el mundo se tornó un lugar mucho mejor.
Lo amaba, siempre lo había amado y ahora ya no sentía miedo. Su sonrisa seguía como la recordaba, pero su mirada desconcertada decía más que sus palabras: sorpresa, miedo, alegría, amor y dolor atravesaron su hermoso rostro. El corazón de ella se detuvo y su mundo, tras cinco años detenido, volvió a girar. Ya no tenía veinticinco años y estaba dispuesta a jugársela por él. Él se sentó a su lado sin mediar palabra, ella se acomodó en el banco y suspiró de nuevo. Era un nuevo principio y, por fin, ella se sentía lo bastante valiente para agarrar esa oportunidad y no dejarla escapar. Las preocupaciones, la angustia pasaron a un segundo plano. Todas las cicatrices de su alma se curaron por ensalmo y, lo supo, tenía miedo, pero por primera vez en su vida se atrevió a soñar de nuevo. Su caballero de armadura resplandeciente estaba de nuevo a su lado y ella estaba dispuesta a rescatarlo.
Durante un rato los dos estuvieron en silencio, después él se levantó y se marchó sin decir palabra. Ella se quedó en el mismo lugar, pensó en cuánto había echado de menos la gran ciudad, el murmullo del tráfico desde primera hora de la mañana. Los largos paseos desde la Moncloa a Opera, las horas en el Templo Debod con toda la energía que emanaba el lugar, las tartas de su sitio preferido de Madrid “El Jardín Secreto” y, sobre todo, la sensación de libertad. Los restaurantes y las pintorescas cafeterías que había explorado hasta la saciedad cuando vivía allí. Galicia estaba en su corazón, grabado a fuego, pero ella ya no pertenecía a la Tierra Meiga, la tierra Mágica, su sitio se encontraba en Madrid.


Para terminar, esta parte tiene que ver con una promesa que he hecho a San Judas Tadeo, le prometí que si una cosa me salía bien publicaría en el blog su Novena. Así que aquí va:
San Judas Tadeo, apóstol y mártir, fiel intercesor de todos los que invocamos tu patronato especial. En tiempo de necesidad a ti recurro, desde el fondo de mi corazón, y humildemente te invoco, a ti San Judas, que cumples milagros y ayudas a quienes ya no tienen esperanza. A ti, a quien Dios concedió ese gran poder para venir en mi auxilio. Ayúdame en esta petición actual y urgente, a cambio yo prometo dar a conocer tu nombre y hacer que otros te invoquen. 

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