viernes, 20 de junio de 2014


Hoy en “Tejedora” quiero hacer una reflexión sobre una frase propia a la que últimamente no dejo de darle vueltas:
La vida te da lecciones, aunque no quieras aprenderlas.
El sol la despertó a primera hora de la mañana, el día no había hecho más que empezar y ella se sentía capaz de cualquier cosa. Le había llevado mucho tiempo y esfuerzo aclimatarse a su nuevo trabajo, a su nueva vida, a sus nuevas esperanzas de futuro. Durante años había estado luchando por conseguir su sueño y en el proceso le habían cerrado muchas puertas, algunas veces le había costado aceptar una negativa, otras lo asumió como un proceso natural y, finalmente, estaba donde siempre había soñado. Siempre había sabido que la vida era una maestra dar lecciones que, personalmente, preferiría no tener que aprender. Hubo momentos en los que había pensado en abandonar, ceder a la desesperanza y renunciar a su sueño. Por fortuna, nunca lo hizo.
El trayecto, quizás, no había sido sencillo y tal vez hubiera sido mejor ahorrarse unos cuantos desvíos o encontrar algún atajo, pero visto en retrospectiva el camino ya no le parecía tan largo y lleno de peligros; sino necesario para evolucionar, para aprender algunas lecciones sobre la vida y sobre ella misma. En el proceso se había perdido, se había encontrado, se había hundido y se había levantado. Con el tiempo descubrió que la vida usaba esos trucos para hacer que mereciera la pena vivir. Era probable que en su camino todavía hubiera algunos desvíos, seguramente la vida le seguiría enseñando lecciones, pero estaba decidida a disfrutar del proceso. Al fin y al cabo, Roma no se construyó en un día.  
FIN
La razón por la cual quise explorar esta frase es simple; en más ocasiones de las que debería siento como si estuviera dando vueltas sobre una peonza y esos días me frustro, me enfado porque anhelaría cumplir mis objetivos sin tener que luchar tanto por ellos. Mas con la publicación de mi primera novela, me he dado cuenta de que el trayecto hasta llegar, si bien ha estado lleno de curvas y virajes, me ha permitido disfrutar muchísimo al cumplir mi objetivo. Seguramente la vida me seguirá poniendo a prueba, lo hace con todo el mundo, pero estoy decidida a seguir intentándolo.

Desde “Tejedora” os ánimo a retomar vuestros sueños más locos y luchar por ellos porque, si lo hacemos, estaremos más cerca de conseguirlos. J

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Noche

El cielo se oscureció, el alma que vagaba por la casa permaneció en silencio viendo como el sol se apagaba. Mucho tiempo atrás los habitant...