jueves, 29 de enero de 2015

Ángela

Hola a todos!
Bien, sigo contentísima por mi nominación a los Liebester Awards y agradecería que quienes leáis este blog le déis al botoncito que pone "Seguidores" y que sale en la esquina derecha de arriba de todo. Hoy, como todos estos días, sigo publicando mi primera novela "Ángela", cuyo contenido podéis ver completo en Bubok de forma completamente gratuita en formato ebook. Es de las primeras que escribí, antes incluso que "Ariel y el asesino de mujeres", la cual me publicaron recientemente, como siempre digo, cambiaría mil cosas ahora de todas las historias que escribo, pero en su momento me pareció bien cómo quedaron tras mil relecturas. Así pues, sin más dilación, continúo con "Ángela"

Finalmente llegó el jueves, estaba especialmente contenta porque ya habían firmado el divorcio, con lo que Ernesto no podría quitarle a Ángela y, además, era su primer día de trabajo.  Al entrar en el periódico se dirigió al despacho del Señor Robles y llamó a la puerta, aunque malhumorada.
            Ese hombre no le caía nada bien, era muy distinto del dulce Jorge.
            Entró y pensó que ese hombre tenía una mirada bondadosa, sin embargo, desechó lesa teoría al recordar su actitud del lunes.
            - Siéntese, por favor. 
            - Vengo dispuesta a escuchar lo que me tenga que decir, señor Robles. Pero le advierto que como note el más leve tono de ofensa en sus palabras me esfumaré de aquí a una velocidad que ni el rayo... aunque... bueno, supongo que a usted le importa bien poco que yo me vaya.
            - Veo que hoy viene a la defensiva... pues sepa que ese estilo suyo no le traerá cariños de la gente que trabaja aquí.
            - No necesito el aprecio de nadie.
            - Aún así, tal vez debiera moderar ese tono airado suyo, especialmente conmigo, no soy como el señor Díaz.
            - No hace falta que me lo jure.
            - Sepa que hemos llegado aquí con muchos sacrificios por parte nuestra y no voy a permitir que una señoritinga que venga por la calle nos arruine la empresa, ¿queda claro?
            - Niam estuvo tentada a preguntarle si no estaba en su puesto gracias a su mejor amigo, pero prefirió guardar silencio, no le convenía que ese repelente le cogiera todavía más rabia.
            - No me creo que por una vez no haya replicado a algo que le he dicho.
            - Usted lo dijo, no soportará mis aires de superioridad ya ve que le estoy haciendo caso.
            Si me disculpa, me encantaría ir a ver al señor Díaz y ponerme a sus órdenes.
            Niam se dirigió al despacho de Jorge llena de buen humor,  le caía bien, nada que ver con el insufrible de su amigo.
            Llamó a la puerta y entró.
            Esta oficina  tenía luz por todos lados y un ordenador portátil sobre la mesa, los ojos azules de Jorge estaban casi del color del mar y le pareció el segundo hombre más atractivo de la tierra.
            - Buenos días, Jorge.
            - ¿Cómo te encuentras Niam? – Él la miró a los ojos y a la barriga.- Veo que la pequeña Ángela ha crecido mucho en estas semana.
            - Sí. Va  a ser muy fuerte.- Sonrió.- Como su madre.
            - Jorge se sintió enternecido por la presencia de la  linda Niam.
            Se compadeció de ella y se imaginó todo lo que había tenido que sufrir por culpa de ese marido del que había huido.- Debes ir con Nadia, es el la tercera puerta a la derecha después de esta, ella te encargará el trabajo.
            Sé bienvenida.
            - Gracias por todo lo que has hecho por mí, procuraré no defraudarte. 
         -  Niam se dirigió al lugar que le señaló Jorge y llamó a la puerta, una mujer rubia de su misma estatura y con unos bellos ojos azules le abrió la puerta.
            - Hola, mi nombre es Niam.
            El Señor Díaz me ha dicho que usted es mi  jefa.
            - Hola.- Nadia le tendió la mano y Niam se sintió pequeña a su lado. Ella abultaba el doble debido a su barriga de embarazada, pero se sentía como Pulguarcito enfrentándose al gigante.
             Esa mujer rezumaba seguridad por todos lados y de pronto se sintió insegura.
            - No seas tímida, ven hacia mí.
            - Niam se dirigió a la mujer y no pudo evitar sonreírle, le caía bien.
            - Veo que has estado con Sergio.- Ella abrazó a la joven Niam.- No le hagas ni caso, querida, Sergio es inofensivo a pesar de su fiero aspecto.
            - Si usted lo dice.
            - Llámame Nadia.
            - Vale, Nadia.- Le dedicó una mirada llena de simpatía.
            - ¿Cuándo sales de cuentas? - Le preguntó Nadia.
            - En el mes de Junio...
            - Seguro que será un bebé precioso.
            - Creo que sí.
            Ha sido hecho con amor, por lo menos por mi parte.
            - ¿Y eso?
            - Prefiero no hablar del tema.
            - Lo comprendo. Verás, empiezas fuerte.
Me han encomendado que te dé la entrevista que debe hacerse hoy a Caleb Sánchez.
Ya sabes, ese novelista prodigio a sus treinta y seis años y que es el hombre más antipático de la tierra. Supongo que te quieren poner a prueba, es un hueso duro de roer.
- ¿Caleb? - Sintió que se sonrojaba.
- ¿Te gusta Caleb Sánchez?
 Te has puesto como un tomate.
- Admiro su... esto... eh... estilo escribiendo.
-  Me alegro de ello.
Dentro de media hora llegará al periódico... puedes esperarlo aquí mientras...
- No,  le esperaré fuera.
- Niam salió apresuradamente del edificio y sintió como los nervios se agitaban en su interior. “Tantas ganas tenía yo de llamarte, de verte... de estar contigo. ¡Oh, Dios mío!  Vas a regañarme por no haberte llamado y encima me verás en este estado lamentable,  tenía que haberme arreglado más.
Pero no es tiempo de preocuparse de eso, te tengo que entrevistar y lo haré.
 Olvidaré por un momento lo que fuimos uno para el otro y te acribillaré a preguntas.

Conmigo no valen excusas. Te conozco demasiado bien.”

Y eso era todo, amigos, hasta el próximo "Tejedoraehilanderadesueños"

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