viernes, 30 de diciembre de 2016

Amor verdadero... o tal vez no.

Hoy en "Tejedora e hilandera de sueños" quiero hacer una reflexión sobre el amor, ese término que en mi mente siempre suena con mayúsculas. La reflexión de hoy, me temo, no es un argumento estupendo sobre lo maravilloso del amor verdadero.
Todo tiene que ver con un chico del que me enamoré hace años, me conquistó hasta tal punto que llegué a creer que podría ser el amor de mi vida, mi alma gemela. Recientemente lo he visto y ha sido decepcionante. No hubo detención del corazón, nada de mariposas enloquecidas en el estómago y eso me puso triste. No por la persona que soy ahora, sino por la persona que fui en el pasado que creyó en algún momento que el príncipe encantador existía. Hoy estoy de duelo por mi yo pasado, quien creyó en un determinado momento, en un karaoke "Soy la mujer de tu vida y tú no te das ni cuenta", un pensamiento que ocurrió hace millones de años. Ese día me preguntó qué canción iba a cantar, le dije "Te necesito" de Amaral y la canté para él, para ese instante mágico, para ese día en el que lo volví a ver después de mucho tiempo. Ese mismo día estuve a punto de confesarle mis sentimientos, pero se fue antes de que tuviera oportunidad de hacerlo.
Él siempre ha sido mi "y si...".
Por dos veces estuve a punto de decirle que estaba enamorada de él, la primera el día en que se cambió de trabajo y sabía que probablemente no lo volvería a ver. La segunda en ese karaoke, un año después de verlo en el último día de trabajo.
Estaba convencida de que le conocería en cualquier parte, que de espaldas, mi propio corazón me delataría. Algo que ocurrió un día, a metros de distancia, él estaba de espaldas y mi corazón dio un salto triple o aquella vez en una entrega de premios, entre cientos de personas del público y yo sólo lo vi a él.
Mi yo del pasado estaba convencida de que, tarde o temprano, regresaría a mí, que era mi "él" con mayúsculas.
Sin embargo no es así y la sensación que tengo es de decepción y de profunda tristeza. 
Añoro creer en el amor verdadero, aferrarme a la enloquecida idea de que existe una persona para cada uno en algún lugar, pero viendo mi reacción ante el chico perfecto, o el que yo creí que era el chico perfecto, he dejado de creer en ello.
Una parte de mí ha muerto, la ingenua que lloraba al ver "La Sirenita" de Disney y para quien la canción "Bésala" era un recuerdo especial de ese chico del pasado, una canción que en una ocasión me pidió que cantara y morí de vergüenza porque, vamos, estaba enloquecida por él y cantarle esa canción habría sido... vergonzoso para mí, seguro que me pondría como un tomate.
Así que sólo me queda desear que ese yo del pasado siga feliz en su época y su tiempo, porque en el presente, dadas las circunstancias debemos decir a esa ingenua soñadora D.E.P, te echaré de menos, mi antigua yo. Extrañaré tu ingenuidad y esa absoluta certeza de que el amor verdadero existe y aparecerá en el momento menos pensando en su caballo blanco.
Quizás es mejor así, ser más realista y darse cuenta de que el amor es algo hermoso, pero quizás el que nos venden en las películas es un producto falseado. El amor verdadero requiere esfuerzo, trabajo y, sin duda, una buena dosis de cariño a lo largo de los años. Aún así siento lástima por la persona que soy hoy día porque me he vuelto cínica con respecto al amor, algo que nunca creí que ocurriría porque en todas mis historias, en todas mis novelas, en todas las películas que tengo en mente el amor es el motor de la acción.
Quizás debería ponereme una sesión de todas las películas ñoñas que tengo "Romeo + Julieta", "Álex & Emma", "Mansfield Park", "West Side Story", "Sabrina", "Desayuno con diamantes", "Vacaciones en Roma"... Esa lista inmensa que cubre mi filmoteca y en la que hay todo tipo de películas, no sólo de amor, aunque viendo los títulos puestos lo parezca. En cualquier caso, ahora sólo queda hacerse unas palomitas al horno, poner el DVD y brindar por esa joven que fui, que creía ciegamente en el amor verdadero.
Mi amiga Merce suele decir "¡Cuánto daño ha hecho Disney!" y debo darle la razón.
Quien sabe, quizás algún día vuelva esa joven del pasado, aunque espero que no tenga aspecto de zombie ;).
Hasta el próximo "Tejedora e hilandera de sueños".

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