lunes, 7 de agosto de 2017

Respeto: r-e-s-p-e-t-o

Hoy en Tejedora e Hilandera hablaré de un tema que me indigna bastante y que es la falta de respeto. Sinceramente siempre he odiado a aquellas personas que no sienten respeto por los demás, nunca he podido soportar a los acosadores o a la gente que se cree superior. Es algo que me saca de mis casillas y libera lo peor de mí. En esta vida hay pocas cosas que importen tanto como el respeto a los demás y a uno mismo.
La reflexión de hoy en día tiene mucho que ver con una situación que he visto recientemente en mi pueblo y también con un artículo que he leído en el que Frank de la Jungla pedía respeto a los demás. 
Considero que el ser humano es extraordinario, somos inteligentes y tenemos muchísimas más cosas buenas de las que nos creemos. Sin embargo últimamente lo que veo en la calle es una completa falta de respeto hacia los demás. Hace poco en una tienda una mujer trató de colarse delante de mí, siendo honesta yo ni siquiera le dije nada cuando vi que esa era su intención porque he aprendido a respetar a los demás y a no decir lo primero que se me ocurre. Por fortuna la chica que estaba atendiendo en la tienda también se dio cuenta de que se intentaban colar, así que cuando terminó con la anterior clienta me llamó a mí para cobrarme. Un gesto que le agradezco porque, aunque no estaba dispuesta a montar una escena, me hubiera parecido realmente mal que la otra se me colara.
El respeto es algo sencillo, considero que todos debemos tratar a los demás de la misma forma en la que quisiéramos ser tratados. Creo que esa es una norma universal que todo ser humano debería tener clara, pero a medida que pasan los años y voy viendo a la gente me doy cuenta que el respeto está infravalorado, tanto, que prácticamente nadie lo tiene.
Desde mi humilde punto de vista queremos ser tan políticamente correctos y sentirnos tan abiertos de mente, que hoy en día se permite todo y nadie dice nada.
El insulto está a la orden del día y no me refiero al insulto cariñoso que, a veces, decimos a nuestros amigos o seres queridos, sino el insulto que ofende, que hace daño a los demás, el que nunca debería ser usado. 
Hoy en día en los colegios queremos ser tan políticamente correctos y tan democráticos que permitimos que los padres vayan a insultar o amenazar a un profesor si éste castiga a su hijo. 
Este mundo habla de libertad y todo el mundo se cree saber exactamente que significa la palabra libertad. La libertad permite que muchos insulten a los demás, que haya acoso escolar, que haya trols en Internet que insultan a los demás, sin que nadie haga nada por impedírselo.
Yo no me considero una experta en lingüística y ni qué decir tiene que tampoco me considero experta en la libertad, pero desde mi humilde punto de vista la libertad es respetar a los demás. 
Yendo a la actualidad hablaré de otro tema que tiene que ver con el respeto y es la grave situación en la cual se encuentra Venezuela, donde un hombre está dirigiendo a todo el país hablando de libertad y encarcelando a aquellos que tienen opiniones diferentes o destituyendo a aquellas voces que son contrarias a su opinión. Un país donde la libertad no existe y no existe porque hay un Presidente que se cree con el poder absoluto y no respeta a su pueblo, ignora sus necesidades y es indiferente a los niños que mueren de hambre cada día mientras él no pasa hambre, ni él, ni su gente de confianza.
Así que diré que para mí, libertad es RESPETO: R-E-S-P-E-T-O.
Llamenme ilusa, pero creo que si los seres humanos respetasemos las opiniones divergentes y a las personas diferentes el mundo sería un lugar mejor. 
Lamento ser el oráculo de malas nuevas, pero mientras no haya respeto, no seremos verdaderamente libres. Y tal y como avanza nuestro mundo es probable que el respeto sea una de esas cosas históricas de las que ya no se hablará y, tal vez, el Apocalipsis esté más cerca de lo que nos pensamos.
Y esto es todo por hoy, nos vemos en el próximo Tejedora e Hilandera de Sueños, desde aquí animo a todo el mundo a practicar el respeto.

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